Este 14 de febrero, la Iglesia Católica celebrará el Miércoles de Ceniza; inician así los 40 días en que los fieles son llamados a la conversión.
La ceniza, según el Misal Romano, proviene de quemar las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior, y es impuesta por el sacerdote en la frente, o en la cabeza de laico, sea católico o no.
¿Cuándo surge este rito?
Se remonta a la Iglesia cristiana primitiva; por aquellos tiempos, colocaban la ceniza en la cabeza, y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Jueves Santo el Sacramento de la Reconciliación.
¿Qué significa la imposición de la ceniza?
Es un símbolo de piedad; se trata de una señal que ayuda a los fieles en el proceso de conversión, y de renovación pascual; significa la muerte, la caducidad; pero también humildad y penitencia.
¿Qué dice el sacerdote?
Las cenizas son impuestas en la frente, haciendo con ellas la señal de la cruz, mientras el ministro pronuncia las frases: “Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás”, o “Conviértete y cree en el Evangelio”.
¿Los no católicos pueden recibir la ceniza?
Sí, porque el Catecismo (1670 y siguientes) indica que los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo, como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos “preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella”.
¿Es obligatorio acudir a misa el Miércoles de Ceniza?
No es día de precepto y, por lo tanto, la imposición de la ceniza no es obligatoria.