Soy Luci Rovira; quiero contarte un poco de mi vida. Tengo 14 años, dos empresas formalmente inscritas, y exploro el mercado para una tercera. Curso el noveno año, pero ya me gradué en dos carreras profesionales. Llevo una vida un poco acelerada.
Difícilmente podremos disminuir la pobreza y la desigualdad social, si seguimos apostando por el asistencialismo en vez de por la generación de riqueza.
Desconozco si es por el predominio del catolicismo, pero es lo cierto que en Latinoamérica tendemos a buscar un salvador que resuelva nuestros problemas, cuando lo que deberíamos es exigir a todos los partidos políticos que pretenden dirigirnos, presentar sus propuestas de desarrollo y, luego, estudiarlas nosotros a conciencia.
No es casualidad que la mayoría de las democracias estén en crisis: el pésimo o ausente diseño de las políticas públicas ha hecho que la insatisfacción reine entre la mayoría de los ciudadanos, puesto que pasan los decenios y, en realidad, muchas de sus necesidades -algunas de ellas básicas- no se ven satisfechas.
En los últimos meses estuve muy cerca de personas a quienes admiro mucho, quienes me hicieron tomar conciencia de algo a lo cual, honestamente, no le había prestado la atención que merece: el daño que nos hace la inmediatez.
16 de marzo de 2020, el gobierno declaró estado de emergencia nacional; impidió la llegada de extranjeros, suspendió lecciones en todos los centros educativos del país: caos. Miles de empresas se enfrentaron por primera vez a un confinamiento, cierre de comercios, restricciones de circulación, cierre de fronteras. ¿Estábamos preparados?
Sin duda el turismo ha significado para nuestro país una excelente fuente de divisas que, de una u otra forma, ha impactado a la mayoría de la población costarricense.
Cuando experimentamos situaciones traumáticas que impactan nuestra salud emocional, quedan registrados -en nuestra memoria- patrones de comportamiento como sensaciones, olores e impresiones gráficas.
Es imperativo actuar ya. Cuando la economía se reactiva, el desempleo baja rápidamente.
Para dialogar -en serio- de reactivación económica urge aprobar la ley de jornadas de trabajo excepcionales, de modo que exista la posibilidad -no la obligación- de flexibilizar, ampliar o acumular las jornadas de común acuerdo entre las partes.
En la serie de moda, “Los ‘Hackeos’ al Gobierno de Costa Rica”, se lanzó un episodio estreno. Amanecimos con la noticia de un nuevo ataque cibernético gubernamental, ahora a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).