fbpx
martes, agosto 5, 2025
No menu items!

Soy un sentimental

Otras noticias

Argos, de la casa de Ulises

Debo confesarlo. Me emociono mucho cuando Mi Amigo se va, y más cuando regresa; brinco, corro por toda la casa, me guindo de sus piernas, muevo la cola, jadeo, gimoteo y hago mil piruetas.

Cuando estoy en la cama -bajo las cobijas- pienso si los caninos tenemos adentro un interruptor emocional, o algo que se activa -como una lucecita- cuando estamos en presencia de alguien agradable.

Unos arqueólogos – humanos dedicados a desenterrar ciudades y otros objetos- encontraron los huesos de una mujer enterrada  -hace unos 14 mil años- junto con un cachorro y ella lo tenía abrazado.

Esos descubrimientos, y muchos parecidos, prueban que hay una conexión particular entre personas y caninos; parecida a la amistad y para muchos igual al amor.

¿Cómo expresamos ese cariño hacia los sapiens? en especial con quienes nos cuidan, y son los “jefes” de la manada.

Me encanta dormir con Mi Amigo; brinco a la cama y me hago un rollito junto a la almohada, o me acuesto y estiro las patas todo lo que puedo. Nos gusta estar en grupo, para damos protección y calorcito mutuo.

Otra forma de mostrar mi afecto es mordisquear las tenis, sandalias o medias; me regañan -por supuesto- pero me atrae el olor a Mi Amigo y así le digo que me gusta mucho.

Los caninos tenemos un lenguaje particular del amor. Manifestamos gratitud cuando queremos jugar y le llevamos nuestro juguete favorito, para pasar un rato divertido y eliminar el “estrés”. Es como si le diéramos un regalo.

También cuando me subo a su pecho, o sobre los pies o piernas, marco mi territorio y le digo a todos que ese humano es mío, y no pretendo compartirlo con nadie.

Por eso lo persigo por toda la casa; apenas él se levanta y camina, salgo en carrera para estar a su lado; nunca pierdo ni un detalle y aunque parezca que estoy dormido, sigo sus movimientos con mi oído y olfato.

Cuando Mi amigo se tumba en el piso aprovecho para darle sus buenos lametones en la frente y chuparle los brazos, o morderle, suavecito, los tobillos.

Si estoy en “modo mimoso” me tiro panza arriba y me acarician la barriga; así soy muy vulnerable e indefenso, pero confío en que recibiré unos deliciosos masajes.

Los caninos somos alérgicos a todo tipo de toqueteos; los toleramos para complacer a nuestros amigos humanos. Ellos  se comunican por el tacto, nosotros por el olor.

El mayor gesto de cariño es mover el rabo; lo hacemos cuando estamos emocionados, o queremos expresar miedo, sumisión, dolor o depresión.

Los caninos somos “seres sintientes” y podemos expresar emociones como miedo, ira, alegría y sorpresa; no somos robots.

Una de nuestras especialidades es crear un espacio emocionalmente seguro, transmitir tranquilidad o energía, captamos muy bien el estado de ánimo y nos acomodamos rápido a las situaciones.

Ladro, para mi mismo, que así como el amor necesita a quien amar, cada humano necesita un perro, y cada perro, un humano.

- Publicidad -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img
Últimas Noticias

Anuncian alza en precio del diésel tras leve rebaja en gasolinas

Aunque la semana pasada hubo una leve rebaja, el precio del diésel subirá próximamente, anunció la Aresep; la gasolina Súper bajará ¢2 por litro, mientras que la Regular experimentará una disminución más significativa de ¢8 por litro.
- Publicidad -spot_img

Más noticias

- Publicidad -spot_img