Tras incurrir en un “lapsus linguae” -confundir contravención y delito- el Ministro de Seguridad, Mario Zamora, reconoció que portar y usar armas de guerra -automáticas y semiautomáticas- es una ilegalidad mayor, penada hasta con ocho años de cárcel.
La confusión surgió durante la conferencia presidencial -de los miércoles- en la cual Rodrigo Chaves y Zamora, alegaron que poseer una AK47 era una contravención, comparable a “estar borracho en la vía pública”.
El jerarca lamentó la confusión; adujo en su defensa el trato dado por los jueces a los detenidos, con este tipo de armamento; quienes deberían quedar en prisión preventiva hasta recibir la audiencia del caso, para eso presentó un proyecto de ley ante el Congreso.
Tras el error del funcionario -al desconocer la normativa vigente sobre la posesión de armas- hubo una cascada de críticas en el Congreso, en particular del liberal progresista, Gilberto Campos, quien dijo que “era un acto de misericordia enseñar al ignorante”.
Otros parlamentarios lo secundaron; entre ellos Gloria Navas -Nueva República- y el liberacionista Gilbert Jiménez.
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