Un infarto fulminante mató la noche del miércoles, al jefe del OIJ, Walter Espinoza -de 54 años- quien tenía 7 años al frente de ese organismo judicial, y había descollado por sus operativos contra la corrupción y el crimen organizado.
La infausta noticia ensombreció el ánimo de los funcionarios del Poder Judicial, diputados, agentes del orden, policías y quienes conocieron su trayectoria pública por más de tres décadas.
Le sobreviven la esposa y tres hijos; Espinoza estaba con ellos en el hogar que compartían en Heredia.
El año pasado destapó tres escándalos históricos: desmanteló dos bandas de narcotráfico -los Turesky y Azteca-; reveló el caso Diamante, con varios alcaldes implicados y entró de lleno al Caso Cochinilla, vinculado al poder ejecutivo.
Los restos mortales de Espinoza fueron velados en el vestíbulo del OIJ; las exequias serán en la parroquia de San Rafael de Heredia, en la tarde.
Por el momento, quedó en el cargo Randall Zúñiga López, quien fue confirmado en el puesto por la Corte Plena el pasado 26 de julio. Se abrirá un concurso para elegir al sucesor de Espinoza.
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