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Debido a su importancia estratégica para las exportaciones y el comercio regional, la Cámara de Industrias de Costa Rica pidió una hoja de ruta clara para el desarrollo y fortalecimiento de Puerto Caldera.
Evitar el colapso de la terminal portuaria es fundamental para proteger incontables empleos en el Pacífico central.
La advertencia se da en momentos en que la terminal ya ha iniciado el proceso de renovación.
“El país requiere una hoja de ruta clara que contemple qué obras se pueden hacer antes de que inicie la nueva concesión, cuánto valen estas obras y cómo las vamos a hacer una realidad.
No podemos esperar hasta el 2025 para decidir y actuar, cuando teníamos que haber actuado hace casi diez años. En el escenario más positivo, tendremos una nueva concesión en agosto del 2026, y nuevas obras en el 2030.
No podemos esperar más, requerimos la implementación de un plan paliativo antes de que se materialice la nueva concesión”, expresó Sergio Capón, presidente de la Cámara de Industrias.
Puerto Caldera se construyó hace más de 40 años y, al darlo en concesión, el país optó por un modelo de administración de las obras existentes en lugar de uno de modernización de la infraestructura.
El problema es que el puerto no ha tenido inversiones significativas más allá del mantenimiento, lo que ha llevado a que opere a más de un 100% de saturación, con picos de hasta un 160%.
Además, se mantiene un porcentaje de ocupación del 95% en la línea de atraque y del 100% en el patio.
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