El proyecto del ejecutivo para vender el BCR, tal como está planteado, es inviable porque contiene vacíos en cuanto a quiénes tomarán las decisiones, y calibrarán los riesgos de este proceso, así como los beneficios de esta privatización.
Las dudas sobre el impacto de aprobar el Expediente 23,331 -Venta del conglomerado financiero Banco de Costa Rica- fueron expuestas, con amplitud, por la Controlara General de la República, Marta Acosta Zúñiga, a los legisladores.
En su comparecencia ante la Comisión de Económicos, la funcionaria advirtió: “No hay certeza sobre cuál sería el impacto de este proyecto, sobre la deuda, porque no hay información más completa.”
Incluso, aclaró a la congresista Montserrath Ruiz (PLN), que la eventual venta del BCR debería ser de toda la institución, y no parcial.
Sobre la privatización del BCR, Acosta enfatizó: “Las inconsistencias no hace la iniciativa viable, toda vez que gestiones de esta trascendencia, deben responder a una visión o marco integral del diseño institucional o manejo de la deuda pública.”
Aparte de roces constitucionales, omisiones en el proceso de negociación y otros defectos del proyecto, Acosta explicó que este no contempla alternativas para reponer las cargas parafiscales, que se trasladan a programas sociales.
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