Desconozco si es por el predominio del catolicismo, pero es lo cierto que en Latinoamérica tendemos a buscar un salvador que resuelva nuestros problemas, cuando lo que deberíamos es exigir a todos los partidos políticos que pretenden dirigirnos, presentar sus propuestas de desarrollo y, luego, estudiarlas nosotros a conciencia.
No es casualidad que la mayoría de las democracias estén en crisis: el pésimo o ausente diseño de las políticas públicas ha hecho que la insatisfacción reine entre la mayoría de los ciudadanos, puesto que pasan los decenios y, en realidad, muchas de sus necesidades -algunas de ellas básicas- no se ven satisfechas.
En los últimos meses estuve muy cerca de personas a quienes admiro mucho, quienes me hicieron tomar conciencia de algo a lo cual, honestamente, no le había prestado la atención que merece: el daño que nos hace la inmediatez.