El inicio de año trae la promesa de nuevos comienzos y la oportunidad de reflexionar sobre nuestras metas y propósitos. Mientras leía el último libro de Andrés Oppenheimer, Cómo salir del pozo, y reflexionaba sobre su análisis acerca de la búsqueda de la felicidad en un mundo cada vez más desafiante, me pareció este un tema ideal para inaugurar esta columna en el 2024.
En el mundo empresarial es muy común escuchar que hay que ser estratégico, pensar estratégicamente; pero ¿Qué significa esto?
Lo primero en lo que se debe trabajar es en comprender el contexto. El pensamiento estratégico requiere una comprensión profunda del entorno y del contexto en el que opera la organización.
Como apasionada defensora de la libertad, y no obediente seguidora, me es difícil unirme a una secta. En ese sentido, siempre encontré aterradora la imagen de la rana hirviendo lentamente en una olla, porque es lo que ocurre cuando dejamos de cuestionar, cuando nos volvemos indiferentes, apáticos y no actuamos. Nos convertimos en víctimas de la dominación sin siquiera notarlo.
La libertad es un tesoro que, a menudo, pasa inadvertido, hasta que se pierde.
Es un concepto que puede ser complejo de definir, pero es esencial en la vida de cada individuo.
En Costa Rica, donde el "pura vida" es un lema común, a menudo se asume que vivimos en un país de libertad y paz. Pero, ¿realmente hemos experimentado una libertad completa y absoluta?
Muchas personas quieren tener un negocio, y una de las grandes preguntas que se hacen es si lo deberían hacer solas, o más bien asociarse para emprender esta aventura.
Me parece que si el negocio usted lo entiende muy bien, cuenta con lo necesario para echarlo a caminar , y los recursos que no tiene los puede contratar o conseguir, probablemente no necesite de un socio.
Cada vez que veo nuestra realidad, es inevitable hacerme algunas preguntas: ¿Cómo sería Costa Rica, si los políticos de turno se hubieran hecho las preguntas correctas, en lugar de inclinarse por el beneficio personal o el de sus allegados? ¿Si hubieran diseñado políticas públicas, a largo plazo, y las hubieran adaptado a las necesidades y a la realidad cambiante?
Desde que tengo memoria, el Día del Niño siempre fue una fiesta diferente; recuerdo que en la escuela nos hacían actividades, nos regalaban golosinas y todos los niños pasábamos de un lado para otro, muy felices. Era un día único.
¿Por qué tengo que ser socio de mis hermanos o primos? Esta pregunta se la hacen muchos empresarios familiares, de segunda o tercera generación; la primera corresponde a los miembros fundadores.
Durante mucho tiempo, los tesoros naturales de Costa Rica han permanecido ocultos, en los rincones más remotos del territorio. Ahora es el momento de desatar su potencial, y convertirlos en motores que impulsen nuestro desarrollo.