Un estudio de la Federación Costarricense de Pesca (FECOP) denunció que -del 2010 al 2015- la pesca ilegal de atún alcanzó 33 mil toneladas métricas, lo cual afecta la biodiversidad marina, los ecosistemas, los recursos pesqueros y la economía.
La pesca ilegal de palangre -en particular- perjudica a especies protegidas o amenazadas, como tortugas marinas, tiburones y otras declaradas de interés turístico, y deportivo como los marlines y el pez vela.
Se considera ilegal la captura de peces con carnada viva -dentro de las primeras 30 millas náuticas de la costa-; retener y vender un pez vela atrapado vivo en un buque pesquero de palangre, explicaron las autoridades.
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