Luciana Rovira / evolucionandocr@gmail.com
De pequeña siempre me invadió el interés por los negocios; una vez me regalaron una cajita registradora -de juguete- y cualquier cosa que me encontraba la vendía.
En la escuela hacía ventas de calcomanías; tatuajes que venían en los cuadernos; vi que mis compañeros venían muy acalorados después de recreo, y querían tomarse algo frío, y no había una soda.
Le dije a mami que me comprara bolis para llevar al colegio, sin decirle cuál era mi objetivo. empecé a cargarlos en la lonchera para venderlos. A los tres días las profesoras se dieron cuenta de mi negocio, y le dijeron a mi mamá.
Por un tiempo dejé de hacer ventas, porque no encontraba una idea inspiradora. Desde ese momento supe que no era una niña como las demás. Estaba decidida a vender lo que mi corazón amara.
A los ocho años -camino a la escuela- pensaba mucho qué vender. Le dije a mamá que deseaba tener una empresa grande.
De inmediato me apoyó, dijo que ella estaría siempre dispnible. Preguntó a sus amigos de Facebook sobre ideas para comercializar ; y como era temporada navideña, llegaron muchas sugerencias.
Mi madre trabaja en emergencias médicas. Un día atendió a un paciente en su casa, y yo la acompañé; para mi sorpresa la nuera del enfermo participó en las preguntas de Facebook y me preguntó si quería aprender sobre chocolatería. Sin pensarlo dos veces acepté.
Cuando terminó la consulta, le enseñé las cosas que había aprendido y unos cuantos moldes de chocolatería que me prestaron.
Los ¢15 mil que ganó ese día, lo invertimos en comprar barras de chocolate, utensilios, separó los pasajes del bus y me compró una hamburguesa.
Al principio quemé unas barras, busqué en youtube, hice embarrijos en toda la cocina. Un dia vendí 10 paletas, a otro 20 y después 30. Prosperaba, era una super venta, y me alegraba saber que podía vender, y comer mi propia materia prima.
Tuve apoyo por parte de mi familia, amigos, profesores y hasta personas que no conocía muy bien porque eran clientes nuevos.
Vivo agradecida con Karlita, por enseñarme a preparar algunos chocolates; a David -mi primer cliente- quien me incentivó mucho en el ámbito empresarial .
Quería darle nombre a la empresa, realicé una encuesta entre dos. El público escogió Chunchiticos Luci; abrí una página en Facebook y empezaron a llamar de los medios de comunicación, para preguntar mi historia; impartí una conferencia con solo nueve años!!!
Mientras crecía en el ámbito de los negocios, decidí aprender sobre chocolatería. Llevé unos cursos en el 2020 y me gradué con excelencia académica.Estudié mucho técnicas e historia. Lo que más amo es disfrutar cada momento, conociendo del tema.
Gracias a una experiencia personal,de desigualdades sociales, decidí fundar otra empresa: Junior Pymes CR, ahí capacito a niños y a sus padres en emprendimiento y finanzas, con unos excelentes programas de formación, diseñados por expertos en distintos áreas.
Tengo siete años en ese sector y sigo adelante con éxito; capacité a más de cien niños y todavía sigo formando a otros. La gran mayoría ya tienen un negocio estable.
Me encanta ayudar a los pequeños emprendedores, ellos son decididos, capaces y tienen metas claras a corto plazo.
He tenido que levantarme muy temprano o acostarme un poco tarde, porque asumí algunas responsabilidades que debo de cumplir.
Demostré que la empresa es mía, me apasiona y no es un trabajo forzado. Debí instruirme en distinto asuntos; aprenderme muchas cifras importantes para los discursos. Siempre salen temas de último momento, y debo estar estar preparada para cualquier ocasión.
Conozco personas muy inteligente en distintas áreas, Visito lugares pintorescos, genero buenos contratos, estoy en constante aprendizaje. Me encanta lo que hago, ayudo a la gente, invito a mami a un helado, y gano dinero para mis compras.
Soy una adolescente como todas, disfruto estar con mis amigas y las actividades que hacemos juntas.
La clave del éxito es soñar y actuar .
Soy Lucirovira, soy niña, soy mujer y soy una empresaria exitosa.
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