Esperar la medianoche del 25 de diciembre es una costumbre ancestral, aunque nadie puede afirmar que Jesús nació justo en ese momento.
La víspera de Navidad se pasa en familia, o se asiste a la Misa del Gallo, un encuentro que consolida la fe cristiana, y sirve para integrar a los creyentes.
Cuando a las doce las campanas tocan a rebato, se experimenta la sensación de que Cristo entra al mundo, mientras que el diablo lo abandona.
Antiguamente creían que a esa hora los animales -que presenciaron el nacimiento del Niño Dios- hablaron, o las abejas despertaron y cantaron el salmo número 100: “Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la Tierra…”
La Misa de Medianoche, es la más antigua de las costumbres cristianas de la víspera navideña, y da el nombre a la fecha; “Christmas”, palabra que proviene del inglés antiguo “Cristes maesse”.
La misa se celebra desde el siglo V, cuando el Papa la oficiaba en la Iglesia de Santa María La Mayor.
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