El turismo médico generó $80 millones en divisas, según el Banco Central de Costa Rica (BCCR), y cada visitante gastó en tratamientos sanitarios, entre $7 y $10 mil, de acuerdo con el diputado neorepublicano David Segura.
Esos datos, y el potencial turístico del país, propiciaron que 48 diputados aprobaran -en segundo debate- el expediente No 21,140, o Ley para la promoción y fomento de servicios de turismo de salud en Costa Rica.
La nueva normativa crea una comisión especializada, que facilitará y promoverá la cooperación interinstitucional para el desarrollo de programas, planes o proyectos tendientes a incentivar ese tipo de actividad económica.
“El turismo médico se ha desarrollado espontáneamente, sin una política pública, sin apoyo estatal, ha surgido como en islas, pero este debe ampliarse paulatinamente, no solo en el área metropolitana, si no en diferentes localidades.”
Así lo comentó el parlamentario Segura, y comentó que una de las ventajas de esta regulación será la generación de empleo.
El oficialista Daniel Vargas añadió: “el desempleo -en tiempos de pandemia – en Guanacaste- llegó al 30 por ciento; hay que impulsar el turismo tradicional, el de salud, el de accesibilidad, de la tercera edad y nómadas digitales.”
También, la congresista verdiblanca Carolina Delgado destacó el conocido potencial turístico del país, la belleza de sus playas, la variedad de microclimas, la riqueza ambiental y el buen trato del costarricense.
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