Luciana Rovira / evolucionandocr@gmail.com
Soy Luci Rovira; quiero contarte un poco de mi vida.
Tengo 15 años, dos empresas formalmente inscritas, y exploro el mercado para una tercera.
Curso el noveno año, pero ya me gradué en dos carreras profesionales. Llevo una vida un poco acelerada.
Siempre me preguntan ¿Cómo he logrado tanto a tan corta edad? Por eso quiero contarles sobre mis orígenes.
Soy hija de una madre soltera, ella trabajaba mucho, y tenía que dividir su tiempo para estar generando dinero y cuidándome; por eso no pudo acompañarme en momentos importantes de mi infancia.
Tuve varias nanas y mis abuelos me cuidaban mientras mami trabajaba. Disfrutaba muchísimo ver películas juntos, o los juegos de mesa; paseábamos y mi abuelo me enseñó a andar en bici, y a patinar.
Recuerdo a mi bisabuelo Tito Tobis, él era mi persona favorita; jugábamos o veíamos algo en la televisión, tenía una verdulería y soda antigua. Aún escucho historias de antaño, de su verdulería, que estaba cerca de la Casa Amarilla y la Biblioteca Nacional.
Ahí llegaban expresidentes, políticos y familias adineradas de Barrio Amón y Barrio Otoya.
Tito Tobis murió de cáncer cuando yo tenía más o menos tres años; fue la pérdida más sentida, por el gran amor que le tenía y extraño mucho su ausencia.
Mis abuelos maternos también son muy empunchados; mi abuelo es carpintero y es mi superhéroe, porque repara todo lo dañado.
Mi Tita, fue ama de casa por muchos años; le encantaba cuidar niños, empezó con los pequeños de las urbanizaciones. Es una nana eterna, cocina de manera inigualable.
Soy un poco selectiva con la comida, pero la de Tita me la como al instante; es espectacular, unas cuantas veces me intentó enseñar a cocinar.
Aprendí una que otra cosilla, lo que más amo de la comida de Tita es el pan tostado, su olor y textura es deliciosa.
Mis padres trabajan en él área de emergencias médicas. Provengo de una familia sencilla y muy amorosa.
Desde pequeña me encantaban mucho dos cosas, las películas de terror y jugar con barbies.
Cuando llegaban visitas a la casa me encantaba jugar a pasarela de ropa, y era tan entretenido ver sus reacciones que me gustaba hacerlo, me llenaba de ilusión ver a mis amigas probando ropas diferentes, y viéndose lindas.
Durante algún tiempo vivimos con mis abuelos; a mis 7 años se cambiaron de casa.
Por varios años fuimos mi mami y yo contra el mundo.
Los temores de los ruidos, vernos en una casa grande solas, despertaba de vez en cuando cierto suspenso. Esa soledad ha vencido nuestros miedos, y nos ha hecho mujeres valientes.
Mi fiesta favorita es Halloween, amaba desde niña ver películas de terror infantiles, el “Chavo del Ocho” de día de muertos, comer muchos dulces.
La segunda fiesta que más disfruto es la Navidad; mami tenía vacaciones y pasaba muchísimo tiempo con ella.
Como siempre he tenido buenas notas me eximia de una que otra materia, y eso nos daba tiempo para pasar juntas y ver películas navideñas, árboles decorados, ir a tiendas a comprar adornos y pasar un ambiente cálido.
A los diez años conocí a mi papá. Desde ese momento nos volvimos muy unidos, aunque no siempre nos vemos, es especial cuando estoy con él, me olvido de todo lo demás a mi alrededor.
También tengo un hermano mayor que se llama Daniel, y la paso muy bien cuando estoy con él; le tengo mucho cariño, aunque pocas veces nos vemos. Es un gran muchacho y tenemos uno que otro parecido, en cosas como películas o deportes.
Soy amante de las mascotas, así que desde pequeña adopté a una conejita llamada Olivia, fue la solución de mami cuando le pedí un hermanito.
La quería tanto que la sacaba casi todos los días al parque, o a dar una vuelta, veíamos películas y me encantaba hablar de mi día con ella.
Un día adopté a otra coneja para que le hiciera compañía a Olivia y le puse el nombre de Chispita, al principio no se llevaban bien pero con el tiempo se querían.
Un día murió Olivia de viejita [los conejos no viven más de 5 años], y después de eso claro que me hizo una falta enorme.
Con el tiempo murió Chispita y adopté a otra coneja y la llamé Mía. Hace un año murió, desde ese momento decidí no tener más mascotas, ya que perder a una de ellas duele mucho.
He sido una niña muy alegre y social, no se me dificulta hacer amistades, tengo muchísimos amigos, y disfruto cada momento que estoy con ellos, nos tomamos fotos, vacilamos y la pasamos bien, soy una joven normal.
Hace poco nuestra última salida fue al salón de patines, y era todo de prueba y error para algunos de ellos.
La pasamos divertido, aunque tengo que confesarles que entre jóvenes cuesta estar de acuerdo en fechas, horas, lugares y permisos, y esto hace un poco tedioso las salidas, al final siempre nos vemos.
Desde pequeña pensaba mucho en mi futuro y así crecí, constantemente tengo ideas nuevas de proyectos personales.
Siempre intento destacar en mi área para tener un buen futuro, y una vida de cuento de hadas. Varias personas me han dicho que tal vez sea imposible, pero por eso trato todos los días de mejorar y superarme.
Una niña juguetona, amada por canitas de oro, así se marcó mis primeros siete años de vida. Tengo mucho por contarles, el milagro del que fui protagonista y mi deseo de emprender, nos esperaran en el siguiente artículo.
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He sido testigo de esta aventura hermosa que has decidido emprender Luci, y me siento feliz y orgulloso de verte hoy, se me infla el pecho de emoción 🫶 te felicito mi vida por nunca dejarte vencer, confiar en tus capacidades y en el apoyo de tu madre que es tu pilar! Ya quiero leer tu próximo artículo!
Que hermoso Luci, gracias por compartir tu vida con nosotros. Cuanto te admiramos!
Realmente eres digna de admirar y un gran ejemplo a seguir ,que Dios te continúe bendiciendo cada dia más mujer guerrera y esforzada .
Dios tiene grandes cosas para ti apenas vas empezando a recibir lo que te mereces.