Desde la segunda mitad del año pasado, y asociado al deterioro de las condiciones macroeconómicas externas, la economía nacional se desacelera, según un “comentario” del Banco Central, emitido a finales de agosto.
Esta desaceleración también ocurre a escala internacional, debido -entre otros factores- a la continua suspensión en las cadenas globales de suministros, los elevados costos de materias primas y las presiones inflacionarias.
De acuerdo con los especialistas debe añadirse el “endurecimiento en las condiciones financieras y monetarias, en un afán de los bancos centrales por controlar la inflación.”
Entre los sectores que registraron una mayor disminución destacan el de construcción, con un 20,7% desde setiembre del 2019; así como el agropecuario, con una reducción del 3,5%, por quinto mes consecutivo.
Las ventas externas de banano y piña cayeron, y eso explica esa disminución.
Otros, más bien, mostraron mayor dinamismo; entre ellos “la manufactura, los servicios de transporte, hoteles, restaurantes, los servicios de salud y enseñanza.
El “Comentario sobre la economía nacional, No 8-2022”, indica que el desempleo se redujo, pero la “participación laboral se estancó”.
“En el segundo trimestre del 2022, la tasa de desempleo se ubicó en 11,7%, inferior en 2,0 p.p. al valor registrado en diciembre pasado y en 0,3 p.p al del trimestre móvil finalizado en mayo.”
Si bien la tasa de subempleo fue de 9,5%, menor en 3,6 p.p. a la de diciembre del año anterior; lo cual es efecto de la baja participación laboral y no al aumento de la ocupación.
Otro dato -aportado por el Banco Central- señala que los salarios nominales -en junio- registraron una variación interanual de 3,2%, pero en términos reales es una contracción de 6,2%.
Lo anterior es resultado de la aceleración en la inflación observada en los últimos meses.
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