Existen diferentes tipos de piel y es importante identificarlos para decidir qué productos son los adecuados y cuáles cuidados tener. Lo usual, es que muchas personas reconozcan fácilmente la piel normal o seca, pero en el caso de la piel grasa resulta más difícil reconocerla.
La piel grasa produce sebo facial en exceso y presenta mucha brillantez, poros abiertos, grandes y dilatados, textura grasosa al tacto, así como puntos negros y espinillas.
La infección de las espinillas por bacterias puede provocar cicatrices y ése es el gran problema estético de estas pieles, por lo que es importante tener una rutina de limpieza facial diaria.
Expertos de Genomma Lab, quienes recientemente introdujeron al país la línea Asepxia Gen (creada especialmente para pieles grasas y con brillo) explican que aquellas personas con piel grasa deben adoptar una rutina especial de cuidados, por ejemplo una limpieza diaria de la cara para eliminar las impurezas, combatir los puntos negros y el exceso de sebo.
Lo recomendado es realizar estas limpiezas mínimo dos veces al día: por la mañana y por la noche.
Para complementar los cuidados, es importante también efectuar una exfoliación no más de dos veces por semana con productos no abrasivos, lo cual ayuda a mejorar la limpieza de los poros y eliminar todas las toxinas que se acumulan en su interior y pueden llegar a ocasionar acné.
Cuidado: la piel grasa también puede deshidratarse
Una piel grasa puede estar también deshidratada. La no hidratación de la piel puede estimular la sobreproducción sebácea, lo que sería aún más contraproducente.
Lo mejor es optar por hidratantes especiales para el cutis graso como cremas sin aceites, sin prescindir de la hidratación del agua. Esto ayudará también a que la piel tarde más en envejecer.
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