Los perjuicios sobre la salud, la seguridad ciudadana y el impacto cultural persuadieron a cuatro diputados, de la Comisión de Ambiente, para rebotar un proyecto de ley tendiente a legalizar el consumo recreativo de marihuana.
El liberacionista Gilberth Jiménez señaló “situaciones irracionales”, en el expediente No. 22 482 que no se adaptan a la idiosincrasia nacional, así como los daños a la persona y otros efectos colaterales del uso de esa sustancia.
“El proyecto tiene vacíos fundamentales en cuanto a estrategias de prevención, y tratamiento adecuados para personas consumidoras y para quienes se inician”, sentenció el neorepublicano, David Segura.
A Segura y Jiménez se unieron sus colegas, Rosalía Brown (NR) y Oscar Izquierdo (PLN), aunque la iniciativa contó con el respaldo del oficialista Manuel Morales y Ariel Robles, del Frente Amplio (FA).
Desde que están en el colegio, los jóvenes consumen “cannabis”, y “se ocupa una modificación profunda” que gire en torno a la salud pública y los derechos humanos, apuntó Robles, en defensa de la fracasada propuesta.
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