Imagen por CartaginesCR
Una auténtica cartagada, en el verdadero sentido del término, acabó con el sueño liguista de vencer al Club Sport Cartaginés y alcanzar -en su reducto- el cetro del campeonato nacional de fútbol.
El primer tiempo fue para el olvido; solo La Liga tuvo dos ocasiones propicias pero en una el portero Kevin Briceño y en otra Carlos Barahona, impidieron que los erizos se fueran al descanso con el marcador a favor.
Para la segunda parte los manudos adelantaron líneas y tuvieron algunas oportunidades, sobre todo un potente remate -de tiro libre- por Celso Borges, que el meta Briceño desvió a duras penas.
La entrada de Bryan Ruiz fue el talismán que permitió a los liguistas abrir el marcador; un centro del veterano lo aprovechó Carlos Mora para anotar el gol que, hasta ese momento, le daba la copa a los liguistas.
A cuatro minutos del tiempo reglamentario, y cuando los rojinegros celebraban en las gradas, el cubano Marcel Hernández peleó un balón en el área pequeña rival y empató el cotejo.
La algarabía de los fanáticos rojinegros se convirtió en un silencio sepulcral, porque con este tanto los blanquiazules rompían un hechizo ancestral, y pasaban a la Gran Final por el campeonato nacional de fútbol.
Vale aclarar que una “cartagada” es una expresión usada por el Presidente Ricardo Jiménez Oreamuno, para referirse a un hecho espectacular, singular, insólito, inédito, que marcan la historia y el cual están involucrados los cartagineses.
—