Por Redacción. Esta nota fue elaborada con asistencia de IA
Una inquilina denunció discriminación tras la orden de retirar a su perra, considerada de raza prohibida según el reglamento condominal.
El caso llegó a la Sala Constitucional, donde se desestimó el reclamo por no presentar certificación oficial de discapacidad médica.
El animal era un cruce de American Staffordshire Terrier, considerado dentro de las razas restringidas por el reglamento interno del condominio.
La mujer alegó que su perra era de apoyo emocional, útil para enfrentar trastornos psicológicos según documentación presentada a la administración.
Según su relato, al firmar el contrato de arrendamiento, se autorizaba expresamente la permanencia de la mascota en la filial.
El conflicto surgió en septiembre cuando recibió un correo exigiendo retirar al animal en 74 horas, sin defensa previa.
La Sala recordó que los condominios tienen potestad para limitar animales según su reglamento, incluso razas específicas por motivos de seguridad.
El tribunal concluyó que, al no existir acreditación formal de discapacidad, no aplicaban las garantías previstas por la Ley 7600.
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