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Londres, Reino Unido | AFP. El gobierno británico anunció el jueves un paquete de 15.000 millones de libras (19.000 millones de dólares) para ayudar a los hogares a hacer frente a la crisis del coste de la vida, parcialmente financiado por un impuesto excepcional a los gigantes energéticos.
Bajo el efecto de la reactivación económica tras los confinamientos y la disparada en los precios de la energía por la guerra en Ucrania, el Reino Unido registra una inflación récord en los últimos 40 años, de 9% en abril y que debe superar con creces el 10% a finales de año.
Al mismo tiempo, la disparada en los precios del petróleo y el gas ha impulsado considerablemente los beneficios de gigantes como BP y Shell.
En este contexto, la oposición laborista llevaba semanas pidiendo al ejecutivo conservador de Boris Johnson que aplicara un impuesto excepcional al sector para ayudar a las familias a hacer frente a las facturas energéticas.
Tras aumentar casi 55% en abril, el tope máximo legal de las tarifas debe volver a subir en octubre y la autoridad de la electricidad británica, Ofgem, advirtió el martes de que sería entorno al 42%, es decir, 800 libras (1.000 dólares, 930 euros) más al año por hogar.
Sin embargo, Johnson y sus ministros se oponían a aplicar este impuesto excepcional, alegando, como los propios gigantes energéticos, que podría socavar la inversión en energías renovables y la transición hacia la neutralidad en carbono.
Defendían que el gobierno ya destinó 22.000 millones de libras a ayudar a los más desfavorecidos a hacer frente a la inflación, una cantidad que sindicatos y organizaciones de lucha contra la pobreza denunciaron como insuficiente.
– Giro de 180º –
Pero el jueves, un día después de la publicación de un informe que responsabilizó a los dirigentes británicos por el “partygate” -la celebración de numerosas fiestas ilegales en dependencias gubernamentales durante los confinamientos- Johnson, que se niega a dimitir, dio un giro de 180 grados.
En una intervención ante el Parlamento, su ministro de Finanzas, Rishi Sunak, anunció un paquete de ayudas que permitirá a los británicos “sentir que se aligera el peso” de la inflación.
“Casi uno de cada ocho hogares entre los más vulnerables del Reino Unido recibirá al menos 1.200 libras este año, incluyendo una ayuda única contra el coste de la vida de 650 libras, un aumento de los subsidios de 400 libras y la duplicación del descuento en las facturas de energía” en octubre, precisó su ministerio.
Todos los hogares, independientemente de sus ingresos, recibirán una ayuda de 400 libras.
Estas medidas se financiarán en parte con un “impuesto temporal del 25% sobre los beneficios energéticos de las empresas de petróleo y gas, que refleje sus beneficios extraordinarios”, explicó el Tesoro, estimando que recaudará unos 5.000 millones de libras en el próximo año.
A cambio, las empresas energéticas se beneficiarán de una desgravación fiscal casi duplicada por sus inversiones. “Cuanto más invierta una empresa, menos impuestos pagará”, dijo Sunak a los diputados.
– Mero “parche” –
Un alto cargo gubernamental, Stephen Barclay negó en declaraciones al canal Sky News que el momento del anuncio buscara acallar el escándalo del “partygate” y aseguró que el Tesoro lo había hecho coincidir con el anuncio de Ofgem.
La medida fue bienvenida por oenegés como Oxfam, cuyo responsable Sam Nadel consideró “justo que se pida a las empresas de combustibles fósiles que obtienen beneficios excesivos que contribuyan más en un momento en el que tantas familias en el Reino Unido se han quedado sin opciones”.
Según un sondeo de YouGov a 1.755 adultos, uno de cada cinco británicos (22%) afirma que le cuesta o no logra llegar a fin de mes, un incremento de 12 puntos porcentuales respecto a mayo de 2021.
Sin embargo, Ami McCarthy de Greenpeace calificó el impuesto excepcional de mero “parche”, criticando que se grave a las empresas energéticas solo el 25% de sus beneficios en lugar de hacerlo al 70%, lo que “podría haberse utilizado para proporcionar un alivio a corto plazo a los hogares y también mejorar sus viviendas para garantizar que utilizan y desperdician menos energía, y mantener las facturas bajas en los próximos años”.