A la diputada Pilar Cisneros, jefa de fracción del Partido Progreso Social Democrático, le “parece increíble” que haya un rechazo generalizado en el Congreso a las propuestas tributarias que presentó el gobierno la semana pasada.
Para Cisneros, la mayoría de los legisladores no se han leído las iniciativas de ley, ya que si lo hicieran, se darían cuenta que el gran objetivo es que la gente más rica contribuya más, a la vez que los pobres ya no carguen con el peso de los tributos en Costa Rica.
¿Qué opina del rechazo generalizado de las reformas tributarias?
Me parece increíble que haya un rechazo generalizado cuando la mayoría de los diputados ni siquiera se han leído los proyectos de ley.
A mi me parece, que la gran ventaja de haber presentado los proyectos, es que se ponen las propuestas encima de la mesa y después de analizarlos, tendremos una decisión muy informada sobre las reformas que se requieren para cobrar mejor los impuestos y distribuir mejor la carga tributaria para que los ricos paguen más y los pobres paguen menos.
¿Cree usted que hay espacio para dialogar y tratar de salvar alguna propuesta, o bien, ya la suerte está echada?
Pienso que todavía hay mucho espacio para dialogar y yo creo que el señor ministro de Hacienda y el presidente se van a encargar de aclarar una serie de dudas, mentiras y malas interpretaciones que se han dado en torno a estos proyectos.
El objetivo que tiene el gobierno no es cobrar más impuestos, ni nuevos impuestos, sino distribuir la carga de manera que los que tienen más paguen más y los que tienen menos, paguen menos.
¿Se equivocó el gobierno al presentar cinco proyectos de una sola vez en materia tributaria?
No, porque se trata de una reforma integral y comprensiva del régimen tributario. Era mejor presentarlo todo de una sola vez para tener una visión integral.
Si no se aprueban las reformas tributarias, ¿qué se debería hacer para tener las finanzas sanas?
Las finanzas están sanas, la macroeconomía está bien. Se ha reducido la deuda, se ha logrado controlar el déficit y la inflación, además de una reducción en la tasa de desempleo y más inversión.
En caso de que no se aprueben las reformas que plantea el gobierno, lo que va a pasar es que la carga tributaria continuará sobre los hombros de los más pobres y los ricos van a seguir pagando menos de lo que deberían aportar.
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