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viernes, enero 31, 2025
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Opinión | Siempre se puede | Las recomendaciones de la OCDE y el desafío electoral

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Imagen tomada de internet

Laura Sauma
articulista@icorpcr.com

Costa Rica tomó la histórica decisión de unirse a la OCDE, con la promesa de adoptar las mejores prácticas globales y aprovechar su experiencia, para solucionar los problemas estructurales que enfrentamos como país. Sin embargo, la realidad dista mucho de ese ideal.

En lugar de implementar reformas que desafíen el statu quo y promuevan el progreso, hemos optado por medidas que solo refuerzan la burocracia y el estatismo, priorizando controles, regulaciones y la creación de puestos públicos, sin generar los cambios necesarios para alcanzar un crecimiento sostenible.

Recomendaciones claras, acciones confusas

Cuando nos adentramos en una nueva temporada electoral, es crucial reflexionar sobre lo que realmente necesitamos como país.

Las recomendaciones de la OCDE deberían ser un faro que guíe nuestras decisiones, pero hemos utilizado su membresía, más como un sello de prestigio que como una oportunidad para implementar cambios profundos.

La OCDE ha señalado -en múltiples ocasiones- los pasos que debemos dar para salir del estancamiento económico y social. Entre sus principales recomendaciones destacan:

  • Reducir las regulaciones innecesarias y realizar evaluaciones del impacto regulatorio, para liberar a las empresas de obstáculos que limitan su crecimiento.
  • Introducir ventanillas únicas en línea, para simplificar los trámites y reducir los costos operativos.
  • Revisar el gasto público, para redistribuir recursos hacia áreas esenciales como infraestructura y programas sociales.
  • Fortalecer la autoridad nacional de competencia, promoviendo mercados justos y eficientes.
  • Respetar la regla fiscal, para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública y evitar futuras crisis financieras.

A pesar de estas recomendaciones, nuestras acciones han sido tímidas y superficiales. Incluso hemos llegado a contradecirlas, debilitando la regla fiscal y aumentando el gasto público sin control, una vez más.

¿Qué significa esto para el ciudadano común?

La falta de acción no es un problema abstracto; tiene consecuencias reales. Costa Rica sigue siendo un país caro, no por falta de recursos, sino porque el Estado se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo. El exceso de trámites, la duplicidad de funciones y el despilfarro en burocracia innecesaria asfixian tanto a ciudadanos, como a empresas.

El empleo, una de las mayores preocupaciones de la población, no se crea en los escritorios de los burócratas. Los trabajos surgen cuando los empresarios tienen libertad para innovar y generar riqueza.

Sin embargo, las políticas actuales parecen diseñadas para frenar este progreso, con altas cargas impositivas, regulaciones absurdas y un entorno poco competitivo.

La importancia del debate de ideas

Es fundamental promover un debate abierto sobre las soluciones que necesitamos. Pero, la mayoría de los candidatos sigue promoviendo versiones superficiales de las mismas recetas. Nuestra realidad ha cambiado, y nuestras soluciones deben hacerlo también. No podemos seguir creyendo que lo que funcionó en el pasado será suficiente hoy.

Debemos exigir a los candidatos una discusión seria sobre las reformas estructurales necesarias:

  • Reforma del Estado: El cierre de instituciones obsoletas, la simplificación de trámites y el despido de empleados innecesarios deben estar en la agenda de cualquier candidato serio.
  • Excelencia en el empleo público: No podemos seguir premiando la mediocridad. Es necesario implementar evaluaciones de desempeño y recompensar a quienes realmente aporten valor.
  • Competencia y mercados justos: Reducir las regulaciones que ahogan a las empresas, y garantizar la transparencia en todos los sectores son pasos esenciales para construir una economía dinámica y competitiva.

Un debate de ideas también nos ayuda a evitar caer en promesas populistas. Muchos políticos reaparecen en cada ciclo electoral con discursos llenos de buenas intenciones, pero su historial en el poder demuestra que no han hecho nada por solucionar nuestros problemas. En ese sentido los cambios de partido o banderas, no deben confundirnos: si ya estuvieron en el poder y fallaron, no hay razón para creerles ahora.

Costa Rica y el estatismo empobrecedor

El estatismo que hemos cultivado durante décadas no solo es ineficiente, sino que también es empobrecedor.

El Estado no genera riqueza, y cuando se convierte en una carga para los ciudadanos y empresarios, el resultado es un país que se estanca.

Países como Nueva Zelanda o Estonia, que adoptaron las mejores prácticas de la OCDE, han demostrado que es posible transformar la economía reduciendo burocracia y promoviendo competencia.

¿Por qué tememos copiar a los mejores? La respuesta está en intereses políticos, resistencia al cambio y miedo al progreso. Pero, si queremos que la ciudadanía recupere la confianza en el sistema, debemos cambiar la receta.

Exijamos soluciones reales

Los ciudadanos debemos asumir un rol activo en el proceso electoral. No podemos conformarnos con discursos vacíos ni promesas superficiales. Debemos exigir propuestas concretas basadas en las recomendaciones de la OCDE, enfocadas en resolver problemas estructurales. En ese sentido, estas son algunas preguntas clave para los candidatos:

  • ¿Qué medidas propondrán para simplificar los trámites y reducir las regulaciones innecesarias?
    Digitalizar y optimizar procesos debe ser una prioridad si realmente están comprometidos con soluciones efectivas. La simplificación administrativa no solo reduce costos, sino que también elimina obstáculos innecesarios para ciudadanos y empresas.
  • ¿Cómo garantizarán la sostenibilidad fiscal sin aumentar la carga impositiva?
    Ya enfrentamos una carga fiscal muy alta, por lo que las propuestas deben centrarse en la simplificación del sistema tributario, la eliminación de exoneraciones injustificadas y el recorte del gasto público innecesario. Es vital optimizar el uso de los recursos sin cargar aún más a la población.
  • ¿Qué instituciones están dispuestos a cerrar para reducir el tamaño del Estado?
    Deben identificar y cerrar las instituciones que ya no cumplen un propósito relevante. Esto incluye no solo la eliminación de estructuras redundantes, sino también ajustes en el personal, asegurando una transición eficiente y responsable.
  • ¿Qué mecanismos implementarán para promover la excelencia en el empleo público?
    El Estado necesita talento para ofrecer servicios de calidad. Un objetivo pendiente con el sistema actual. Es crucial introducir evaluaciones de desempeño efectivas, fomentar la capacitación constante y premiar a quienes realmente aportan valor al sector público.

Si un candidato omite respuestas claras a estas preguntas, deberíamos cuestionar seriamente su capacidad para liderar el país.

Quitémonos el miedo a progresar

Costa Rica tiene todo para ser un ejemplo de desarrollo en la región: talento humano, recursos naturales y una posición geográfica estratégica. Pero ninguno de esos elementos será suficiente si seguimos perpetuando un modelo económico y político que limita nuestro potencial.

Ni controles ni regulaciones garantizan el progreso sino, un Estado que en lugar de obstaculizar, lo facilite. La OCDE nos recuerda que podemos hacerlo mejor, y los vientos electorales nos dan una oportunidad única para exigir un cambio real.

Es hora de actuar: ¿estamos listos para cambiar la receta y progresar?



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