En el mundo empresarial es muy común escuchar que hay que ser estratégico, pensar estratégicamente; pero ¿Qué significa esto?
Lo primero en lo que se debe trabajar es en comprender el contexto. El pensamiento estratégico requiere una comprensión profunda del entorno y del contexto en el que opera la organización.
Es importante tener en cuenta, tanto las oportunidades como las amenazas, así como las fortalezas y debilidades internas de la entidad.
Los líderes estratégicos deben ser capaces de leer y analizar el entorno para tomar decisiones informadas y efectivas.
Existe en tiempos modernos una renuencia a leer, ver o escuchar noticias, algunas personas dicen que son muy amarillistas, muy deprimentes o simplemente no les gusta; pero ¿Cómo puedo estar al tanto de lo que pasa fuera de mi compañía, si no me informo?
Creo que hay que escoger medios serios, que nos brinden la información que necesitamos, y que no nos afecten emocionalmente, pero debemos informarnos.
También es importante identificar cuáles son las tendencias del mercado y decidir si nos sumamos a estas o si por el contrario vamos a ir en contra tendencia.
Si lo hacemos estaremos a la moda, presentando elementos actuales y esto lo puede ver bien el cliente. Si no lo hacemos, podríamos ofrecer algo distinto a los demás.
Últimamente se habla mucho del cisne negro. Esto es una metáfora económica que se refiere a eventos impredecibles que tienen un impacto significativo en la economía y la sociedad.
Algunos ejemplos son: la pandemia del COVID-19, el Brexit y el ataque a las Torres Gemelas en el 2001.
Para que un evento sea denominado cisne negro, debe tener las siguientes características:
- Inesperado: debe ser un evento a priori, poco probable y sin evidencia de que sucedería, por lo que es una sorpresa tanto para los analistas como para el mercado.
- De gran impacto: estos eventos pueden tener un impacto significativo en la economía o la política mundial.
- Se caracterizan por tener predictibilidad retrospectiva: una vez que han sucedido, y solo entonces, se presenta evidencia de que el evento podría haberse evitado y se crean teorías para explicar por qué sucedió.
Quien sea capaz de identificar este tipo de eventos podría tomar mucho mejores decisiones que quienes no lo vean venir.
Los líderes estratégicos deben tener una visión clara y definida del futuro, a largo plazo. Esta visión debe ser realista, alcanzable y estar basada en una comprensión profunda del mercado y las oportunidades futuras.
Además, debe ser comunicada claramente a todos los miembros de la empresa para que se alineen detrás de ella.
Los líderes estratégicos deben ser capaces de ajustar y adaptar su estrategia en función de los cambios en el entorno y las condiciones del mercado. Esto requiere una mentalidad abierta y una capacidad de aprendizaje continuo.
El pensamiento estratégico se trata de crear valor. Los líderes estratégicos deben centrarse en las actividades que generan valor para la empresa y trabajar para maximizar su impacto.
Esto implica tomar decisiones difíciles y hacer inversiones a largo plazo, en lugar de centrarse en ganancias a corto plazo.
El pensamiento estratégico requiere un liderazgo colaborativo, y una toma de decisiones participativa.
Los líderes estratégicos deben ser capaces de involucrar a otros miembros en la formulación, y ejecución de la estrategia, y trabajar juntos para alcanzar los objetivos a largo plazo.
Participar en programas de capacitación, asistir a conferencias y leer sobre temas relevantes son actividades que pueden ayudar a un gerente o empresario, a desarrollar una comprensión más profunda del entorno y a ampliar su perspectiva.
Mejorar la capacidad de comunicarse se vuelve trascendental para impactar en la gente que nos rodea, de nada nos servirá desarrollar todo lo anterior si no somos capaces de comunicarlo y trasladar su impacto a nuestro alrededor.
Parte de este proceso de convertirnos en líderes con pensamiento estratégico requiere tener la humildad para reconocer nuestras debilidades, errores y puntos a mejorar.
La autoevaluación es muy importante, además de la evaluación que nos puedan realizar otros.
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