Imágenes tomadas de internet
Argos, de la Casa de Ulises
Apenas despuntaba el sol y ya íbamos pateando la calle. Cuando llegamos había miles de humanos, en pantalón corto, mallas coloridas y listos para correr la maratón. Eso fue lo que me ladraron, para sacarme de las cobijas.
Se trataba de la Maratón de San José, según radioaullido había unos 4,500 corredores, y la mayoría eran aficionados, que deseaban pasar un domingo agradable.
Acostumbro caminar con Mi Amigo de 10 a 15 km diarios; a eso debo incluir las carreras en el parque, subir y bajar soplado la loma detrás de otro camarada, o, cuando estoy en la casa salir disparado a ladrarle a los extraños.
Los humanos están diseñados para caminar largas distancias; en ladrinet cuentan que sus antepasados -y los míos- íbamos de un lado a otro, buscando comida, y ellos podían trotar -suavecito- durante muchas horas, sin descansar.
Tal vez de ahí les viene a los sapiens el gusto por el ejercicio físico, porque la vida al aire libre es muy sana, y mantiene el cuerpo flexible, fuerte y resistente.
En las mañanas, cuando salimos a estirar los pies y las patas, veo muchos humanos corriendo, o caminando, incluso en el parque he olfateado personas con entrenador -como el mío- que les enseña a realizar ejercicios.
Uno de nosotros vencería con facilidad a un humano; en promedio corremos entre 24 y 43 km/h; los Greyhound (galgos) alcanzan 72 km/h; y Usain Bolt, campeón mundial de 100 metros planos, apenas logra 42 km/h.
Deberían promover el atletismo, porque es una actividad deportiva que se puede realizar en casi todo lugar, a cualquier hora y cada quien la ajusta a sus capacidades.
Los perros -en especial- somos grandes motivadores para sacar a los humanos de las casas, y de sus vidas sedentarias pegados al teletrabajo, o a los aparatos electrónicos.
Solo salir a andar por el parque ya es bastante; Mi Amigo dice que los japoneses recomiendan caminar 10 mil pasos diarios, para mantener buena salud y sentirse felices.
Nosotros somos una muy buena razón para que los sapiens se calcen las tenis, salgan al aire libre y prevengan la obesidad, los problemas del corazón y hasta la depresión.
También los perros sufrimos de sobrepeso, sobre todo los Schnauzer, que nos gusta tanto comer rico, y matar las horas panza arriba, en nuestro sillón favorito.
Debo aclarar que los caninos necesitamos dormir un promedio de 12 a 14 horas diarias; así que no somos unos perezosos, al contrario, cuando estamos activos derrochamos mucha energía, y eso nos desgasta.
Algunos camaradas se pasan de hiperactivos; beagles, bóxer, dálmatas, necesitan espacio para correr y quemar ansias.
Todo con medida. Hay días que no queremos salir, sobre todo cuando el sola asfixia; porque el pavimento está caliente y nos quema las almohadillas, o sufrimos un golpe de calor.
Y, como todo atleta, necesitamos motivación; nunca sobra un premio, desde una caricia hasta una golosina. Todo es bienvenido, pero la mejor recompensa es ¡Estar juntos!
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