Una serie de mociones presentadas por el Frente Amplio (FA) -al expediente 21,550- relacionado con el Protocolo de Nagoya, generó una disputa con los diputados del Partido Liberal Progresista (PLP), por cuanto atrasan la aprobación de ese convenio internacional.
Este regula, e implementa, el tercer objetivo del Convenio sobre la Diversidad Biológica, y establece la obligación de que el acceso a los recursos genéticos sea de acuerdo con el consentimiento fundamentado previo, sin menoscabar la soberanía nacional.
Por recursos genéticos se entiende aquella área de la Biodiversidad, que abarca desde genes, hasta individuos, especies, poblaciones, ecosistemas y paisajes.
Las mociones del FA -todas rechazadas- pretendían devolver por 15 días- el documento a la comisión que lo dictaminó; preguntar a las comunidades indígenas de Costa Rica, a la Comisión Nacional de Gestión de la Biodiversidad y a la Mesa Nacional Indígena.
“Los textos que se mandaron a consultar fueron los viejos, no se ha consultado a los pueblos originarios el texto en discusión”, alegó la congresista Sofía Guillén (FA).
Esos argumentos fueron refutados por la liberal Kattia Cambronero; ella adujo que la posición del Frente Amplio no tiene sentido, ya que se hicieron los estudios técnicos correspondientes.
Se trata de un “capricho ideológico” -sentenció Cambronero-; “no hay un conocimiento técnico de fondo, se han dicho muchas mentiras”, y agregó: “desde hace once años el Protocolo de Nagoya no se ha podido ratificar”.
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