Separarse sin aprobación del cónyuge, y en cualquier momento, además de cambios en la distribución de bienes, fue propuesto por diputados del Liberal Progresista.
Los legisladores -encabezados por su líder Eli Feinzaig- justificaron el eventual cambio legal en que la regulación actual contiene plazos “contrarios a la autonomía de la voluntad”, y son una imposición irracional, y desproporcionada contra la disolución libre del matrimonio.
También plantean cambios en las capitulaciones matrimoniales, para eliminar la obligación de plasmarlas en una escritura pública, ni inscribirla.