fbpx
martes, diciembre 30, 2025
No menu items!

La hija del destino

Otras noticias

Imagen tomada de Internet

Cuando abrió los ojos creyó que estaba muerto. Una mujer estaba inclinada a su lado; le vendó la pierna destrozada por una granada y le dio un jarabe, para calmar el dolor. Lo sacaron de la batalla en un desvencijado carromato.

Durante la Guerra de Secesión -entre los estados del norte y los del sur, en Estados Unidos, de 1861 a 1865- ninguna mujer podía estar en medio del conflicto; sugerir esa idea horrorizaba a los oficiales al mando.

A Clara Barton (1821-1912) eso le valía un cuerno. Menuda, delgada, bajita, tímida, imaginativa y sensible, parecía la persona menos indicada para la tarea que deseaba: atender a los soldados heridos en aquel conflicto fratricida.

En su familia aprendió a cuidar pacientes, sobre todo a su hermano David, quien a los once años sufrió un grave accidente. Los relatos de su padre -Stephen- un viejo capitán, le enseñaron la crudeza de la guerra y las penurias de la milicia.

Su madre, Sarah, la preparó para tomar decisiones equilibradas, con sentido común, y encontrar soluciones pragmáticas, cuando se carece de todo.

Un día recibió este consejo paterno: “Como patriota, me aconsejó servir a mi país con todo lo que tenía, incluso con mi vida si fuera necesario; me pidió consolar a los afligidos; como cristiana, me encargó honrar a Dios y amar a la humanidad.”

Apenas estalló el conflicto presionó a la burocracia militar y obtuvo un salvoconducto para atender a los heridos; con el dinero de su herencia compró medicamentos, equipos de primeros auxilios, tiendas, camillas y varios carruajes.

La joven introvertida se transformó en una mujer decidida, que no retrocedía ante nada ni nadie, porque tenía independencia de espíritu y creía  estar imbuida de un mandato divino para cumplir su misión en la vida.

Concluida la guerra, y a petición del Presidente Abraham Lincoln, decidió investigar la suerte de 80 mil personas desaparecidas en el conflicto. A esto consagró sus días, sin el apoyo del gobierno, tras el asesinato del Mandatario.

Todavía el destino le planteó otro reto. Viajó a Suiza, por consejo médico, y ahí conoció la Cruz Roja, fundada por Jean Henry Dunant, y vivió los horrores de la guerra franco-prusiana, en 1870, que hundió el imperio de Napoleón III.

Regresó a Estados Unidos y convenció a las autoridades para incorporar ese país a la nueva organización, aportar dinero y provisiones médicas. Pero logró algo más, extender la ayuda a todo tipo de tragedias.

“Hay otras calamidades que afligen a la humanidad. Terremotos, inundaciones, incendios forestales, tornados. Estos desastres atacan de repente, matando e hiriendo a mucha gente, dejando a otros sin alimento y hogar.”

Clara Barton destacó como lidereza del movimiento sufragista en Estados Unidos; peleó por la abolición de la esclavitud y promovió la educación de las mujeres, para liberarlas del yugo doméstico.

El valor, el amor y la caridad de Clara la recordarán por siempre como una de las grandes pioneras de la filantropía, y el Ángel del Campo de Batalla.

- Publicidad -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img
Últimas Noticias

Año Nuevo Chino 2026 iniciará el 17 de febrero bajo el signo del Caballo

El Año Nuevo Chino dos mil veintiseis iniciará el diecisiete de febrero, según calendario lunar tradicional utilizado en diversas culturas asiáticas milenarias.
- Publicidad -spot_img

Más noticias

- Publicidad -spot_img