Por Redacción. Esta nota fue elaborada con asistencia de IA
Tocarse la cara es un gesto frecuente y casi inconsciente, pero puede convertirse en una puerta abierta para múltiples infecciones, advierten médicos.
Según la doctora Marcela Hernández, infectóloga del Hospital Nacional de Niños, las manos transportan miles de microorganismos tras tocar objetos cotidianos.
Manijas, teclados, botones y pasamanos acumulan bacterias, virus y hongos que pueden transmitirse fácilmente al rostro si no hay higiene adecuada.
Los principales puntos de entrada de los agentes infecciosos son los ojos, la nariz y la boca, explicó la especialista en salud infantil.
Al tocarse la cara con las manos contaminadas, los virus respiratorios como la gripe y el resfriado común ingresan al organismo.
Hernández insistió en la importancia del lavado frecuente de manos para evitar contagios, especialmente durante las temporadas de alta circulación viral.
Recordó que incluso superficies limpias pueden albergar patógenos invisibles que representan un riesgo para la salud pública.
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