Por Redacción. Esta nota fue elaborada con asistencia de IA
Imagen tomada de internet
Nueva York/Estados Unidos. Hay quienes se salvan de la muerte por un pelo; en este caso, Donald Trump, escapó a la suya por una oreja; el tiro que pudo liquidarlo, solo le rozó el lóbulo auditivo.
Pero, ¿Quién era Thomas Matthew Crooks, el fallido francotirador?
Nadie olvidará la tarde del sábado 13 de julio, en Butler, Pennsylvania; desde un techo frente a la tarima donde hablaría Trump, un joven de 20 años, se convirtió en el foco de atención de un evento, que cambiará las votaciones presidenciales en noviembre.
Armado con un rifle AR-15, Matthew Crooks, después de disparar a Trump, intercambió tiro con los agentes del servicio secreto; uno de ellos lo abatió de un certero disparo en la cabeza.
Crooks, nacido y criado en Bethel Park, se graduó con honores de la Bethel Park High School en 2022, donde destacó por su habilidad en matemáticas y ciencias.
Reconocido con un premio académico de la Iniciativa Nacional de Matemáticas y Ciencias, parecía destinado a un futuro prometedor.
Sin embargo, detrás de su éxito académico se escondía un interés inesperado por la política, reflejado en su registro como votante republicano, y en una donación a un comité demócrata en 2021, detalles que han desconcertado a quienes lo conocían.
El uso del AR-15, adquirido legalmente por su padre, Matthew Crooks, seis meses antes del atentado, ha reavivado el debate sobre el control de armas en Estados Unidos.
Este tipo de armamento, conocido por su capacidad de disparo rápido y letalidad en tiroteos masivos, ha sido objeto de críticas y llamados a una legislación más estricta.
El expresidente Trump, quien resultó herido levemente gracias a la rápida reacción del servicio secreto, ha condenado el ataque como un acto de violencia inexcusable en la vida pública.
Sus declaraciones desde el hospital, donde recibió atención médica tras el incidente, reflejan la gravedad de los eventos ocurridos en Butler.
La familia Crooks, aún conmocionada por los acontecimientos, ha colaborado activamente con las autoridades en la investigación.
Desesperados por entender qué llevó a Thomas a un acto tan extremo, han compartido detalles sobre su vida cotidiana, y su carácter reservado pero amigable, que contrasta con la imagen del joven involucrado en un atentado político.
Las fotos del cuerpo de Crooks en el tejado, resultado del enfrentamiento armado con el servicio secreto, son una sombría prueba de la fragilidad de la seguridad en eventos políticos y la profundidad de la división política en Estados Unidos.
Mientras las investigaciones continúan desentrañando los detalles y motivaciones detrás del atentado en Butler, el nombre de Thomas Matthew Crooks quedará marcado como un oscuro capítulo en la historia reciente del país.
Será un recordatorio de las complejidades, y riesgos de la vida pública y la política estadounidense.
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