Foto po Florian PLAUCHEUR / AFPTV / AFP
París, Francia | AFP. Grandes extensiones de bosque tropical fueron quemadas o taladas en 2021 y sustituidas por cultivos o ganado, especialmente en Brasil, y el cambio climático dificulta la conservación de la cubierta forestal, advirtieron el jueves investigadores.
El año pasado se perdieron unos 11,1 millones de hectáreas de bosque en las regiones tropicales, de los cuales 3,75 millones correspondían a bosques primarios, según el estudio anual de Global Forest Watch (GFW), el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la Universidad de Maryland.
“Son 10 campos de fútbol por minuto. Y lleva un año ocurriendo”, dijo Rod Taylor, que dirige el programa forestal de WRI, refiriéndose a los bosques primarios.
La destrucción de estos bosques liberó 2,5 gigatoneladas de CO2 a la atmósfera en 2021, el equivalente a las emisiones anuales de India, según los cálculos realizados por investigadores.
Más del 40% de los bosques primarios perdidos en 2021 se encontraban en Brasil, con cerca de 1,5 millones de hectáreas taladas o quemadas, seguido de la República Democrática del Congo, con casi 500.000 hectáreas destruidas. En Bolivia se registró el nivel más alto de destrucción de bosques desde que comenzaron las mediciones en 2001, con casi 300.000 hectáreas.
Más allá de los bosques tropicales, el informe muestra que los bosques boreales del hemisferio norte han sufrido la mayor pérdida de cobertura forestal en dos décadas.
En Rusia, por ejemplo, una temporada excepcional de incendios provocó la pérdida de 6,5 millones de hectáreas de bosque, un récord.
Los investigadores advierten de un posible “efecto bola de nieve”, en el que los incendios, que son más frecuentes, liberan más CO2 en la atmósfera, lo que alimenta el calentamiento global, lo que aumenta el riesgo de incendios forestales.
Estos datos fueron publicados después de que 141 líderes mundiales se comprometieron en la COP26 de Glasgow a finales de 2021 a “detener e invertir la pérdida de bosques para 2030”.
Los investigadores advierten que, para alcanzar este objetivo, será necesario reducir drásticamente la destrucción de bosques primarios cada año hasta el final de la década.
“El propio cambio climático está dificultando el mantenimiento de los bosques que aún tenemos”, señaló Frances Seymour, del WRI, y añadió que esto muestra la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Un estudio reciente sugiere que la selva amazónica puede estar más cerca de un “punto de inflexión” de lo que se pensaba. Podría convertirse en una sabana y liberar grandes cantidades de CO2 a la atmósfera.
– “Desastre” –
El ritmo de destrucción de los bosques se ha acelerado en los últimos años en Brasil, país que alberga alrededor de un tercio de los bosques tropicales primarios del mundo.
Las destrucciones que no son causadas por incendios, sino que están vinculadas a la creación de zonas agrícolas, han aumentado en 9%, comparado a 2020, según el WRI.
Este porcentaje supera el 25% en algunos Estados del oeste de la Amazonía brasilera.
“Estas pérdidas son un desastre para el clima, son un desastre para la biodiversidad, son un desastre para los pueblos indígenas y las comunidades locales”, señaló Frances Seymour, y añadió que estudios recientes muestran que los bosques también ayudan a enfriar la atmósfera.
Indonesia, en cambio, ha logrado frenar la pérdida de bosques primarios en 25%, en relación a 2020, tras haber alcanzado niveles muy altos, gracias a acciones del gobierno y el sector primario.
Sin embargo, el fin de la congelación temporal de las nuevas explotaciones de aceite de palma, así como su precio, que está en su punto más alto desde hace 40 años, podrían socavar estos esfuerzos, advirtió WRI.
“Está claro que no estamos haciendo lo suficiente para incentivar a quienes están en posición de detener la pérdida de bosques y de proteger las zonas de bosques primarios que quedan”, señaló Frances Seymour.