Una de cal y otra de arena para las finanzas públicas.
Por un lado, en la parte positiva, Costa Rica reportó al finalizar mayo un superávit primario del 1,1% del PIB, según el Ministerio de Hacienda.
En este caso, el resultado primario equivale a los ingresos menos los gastos, excluyendo el pago de intereses de la deuda.
En otras palabras, el gobierno gastó menos dinero del que recaudó a mayo, lo cual, es una buena noticia para las finanzas públicas y la gran meta de lograr un saneamiento fiscal.
Sin embargo, el pago de la deuda y los intereses aumentó un 10% en relación con el mismo período del año pasado.
Esto implica que el Estado tiene que invertir más dinero para pagar las deudas, a la vez que restringe el gasto en diversas áreas.
“Nuestra estrategia sigue generando buenos resultados, pero el talón de Aquiles de las finanzas públicas sigue siendo la deuda y el pago de intereses, que al crecer más del 10% con respecto a igual periodo de 2022, afectó el balance fiscal al cierre del quinto mes del año”, dijo Nogui Acosta, ministro de Hacienda.
Según el jerarca, el pago de intereses no es lineal y existen fechas importantes de pago a lo largo del año.
“Un porcentaje importante está a tasa variable y denominado en moneda extranjera, lo que implica un riesgo que, de materializarse de manera desfavorable, puede generar mayor presión sobre el presupuesto de la República 2023”, agregó el ministro.
Por otra parte, el déficit fiscal, que es la diferencia entre los ingresos y los gastos del gobierno, reportó un leve deterioro alcanzando ¢395 mil millones.
Se trata de un incremento de ¢53 mil millones en comparación con el mismo período del año anterior.
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