Un mercado para compensar por minería
Experta Ambiental Máster en Negocios Verdes
Las comunidades aledañas a Crucitas continúan olvidadas, no solo carecen de oportunidades de empleo y actividades productivas, sino que se les suma la inestabilidad e inseguridad social producto de la incursión minera clandestina y de los fenómenos de trasiego en el sitio. Para nadie es un secreto que a partir de la extracción ilegal de oro en Crucitas surge un grave conflicto que trasciende lo socio ambiental e inmiscuye ahora a los controles fiscales tras un aparente trasiego del cual sólo escuchamos rumores, acciones en vía de investigación y algunos cuidados paliativos muy tímidos.
Los últimos dos Gobiernos no sólo demostraron desinterés por estabilizar la zona de conflicto, sino que cedieron soberanía y control sobre el territorio agravando la situación. Actualmente tras fallidos esfuerzos, en los corrillos políticos sólo se habla de resucitar la Minería a cielo abierto en Crucitas alegando que la economía del país entero se resolverá vía la explotación minera. ¡Por favor más seriedad!
Estos alegatos antojadizos confunden al público y presuponen que el país tiene la experiencia, la capacidad instalada técnica, la legislación y la trayectoria para desarrollar la minería industrial a cielo abierto a gran escala; sin pagar el precio a la imagen del país como líder de la conservación, ecoturismo y desarrollo sostenible.
Algunos hablan de Resucitar Crucitas para extraer oro industrialmente, titular con el Banco Central el oro y demás riquezas naturales y hasta estiman reservas probables en la zona alrededor de Crucitas por $80 mil millones.
¿Quiere Costa Rica voltear el modelo de desarrollo país y virar a la extracción mineral y la titularización de las riquezas naturales para los próximos 80 años?
Por otra parte, hablan de lograr una explotación ordenada de Crucitas mediante Alianza Público Privada y de Manera Amigable con el medio ambiente pero el Gobierno no ha sido capaz siquiera de contener a los coligalleros ilegales de Osa.
Es irresponsable alegar que la minería de oro a cielo abierto es el negocio del siglo para Costa Rica y que con ello será posible pagar la deuda interna, sin profundizar en qué implica para el país virar al lado opuesto de su agenda de desarrollo. Nuestra intención no es demeritar la Industria Minera, simplemente no es la vocación costarricense ni es coherente con nuestro proyecto país.
Sin temor a equivocarnos, la Minería a Cielo Abierto dará al traste con nuestro verdadero tesoro: nuestra riqueza en biodiversidad, reservas naturales y la reputación como líder de la Conservación y Destino Turístico. Una imagen que ha tomado 4 décadas de esfuerzo desde la concepción del sistema de áreas protegidas en los años 70’ pasando por el lanzamiento de Costa Rica a la industria turística y su exitosa incursión en los años 90’ y el arduo y constante trabajo de escalar hasta consolidarnos dentro de los 3 destinos del mundo más deseados según los Wanderlust Travel Awards 2021.
BONO DE ORO
Visto el escenario nos animamos a proponer una alternativa innovadora basada en experiencias similares ya probadas.
Proponemos explorar un Mercado de Bonos de Oro; un mercado para compensar la huella por minería una solución siguiendo la experiencia con el Mercado Internacional de los bonos de Carbono. Una modalidad más similar a la experiencia con los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) bajo el régimen del Protocolo de Kioto, pero en esta ocasión dirigido a la Industria Extractiva.
El mercado meta primario en esta etapa inicial estaría compuesto por los compradores y usuarios más importantes del sector extractivo y sería la principal fuente de ingresos para el negocio. Este mercado estaría definido por países desarrollados y por países con vasta trayectoria minera, algunos países adicionales tradicionalmente mineros como Chile, Perú, en Latinoamérica. También algunos mercados regionales independientes, como son el Mercado Europeo, Canadá, Inglaterra y un mercado paralelo en los Estados Unidos y Australia.
Hablamos de proponer acciones país para la comercialización en el mercado internacional de los bonos de oro aplicable a países con altas tasas de biodiversidad que deseen aprovechar el oro de manera limpia, y más bien lo coloquen por la vía de certificados de reducción de huella o bonos compensatorios.
Grandes sectores derivados de la industria extractiva como lo son las petroleras, gaseras, cementeras, constructoras, mineras y metálicas de gran escala entre otras, podrán ahora invertir en acciones de conservación, prevención y mitigación ambiental.
El Bono de Oro equivaldría a la adquisición de compromisos de gestión ambiental para la industria extractiva de modo que la huella minera pueda ser reducida y/o evitada en países donde la explotación mineral signifique pérdida significativa en biodiversidad, fuentes de agua o suelos altamente productivos.
Se emitirían gramos y onzas de oro mediante certificados de papel y de NFT’s para ser transados tanto en el mercado ordinario como en el mercado descentralizado con tecnología blockchain. Sugerimos plantear un primer plan piloto con una meta País de 200 millones de dólares para saldar el proyecto Crucitas en Cutris de San Carlos.
Los dineros recaudados por colocación de este plan piloto Bono de Oro se administrarán mediante un Fideicomiso establecido por una Unidad Técnica Ejecutora conformada junto con las Asociaciones Locales, para ser invertidos directamente en la Zona de convergencia del proyecto Crucitas, concretamente en 3 vías:
- Creación de un Fondo de Becas y de respaldo tecnológico local
- Creación de un Atractivo Turístico denominado “Geo Parque” en la finca del proyecto Crucitas
- Invertir en las Obras de control, seguridad y restauración ambiental del sitio
Esta iniciativa permitirá el desarrollo económico mediante una modalidad de mercado verde basado en evitar daño por la vía de la compensación económica positiva. Al desarrollarse un proyecto de evitación de explotación de oro a cielo abierto esperamos que un gramo u onza de oro evitado, genere un bono de oro virtual por medio de certificado comercializable cuyo valor será equivalente a los gramos u onzas evitadas para la extracción.
La última palabra la tendrán las comunidades aledañas a Crucitas, los ticos que amamos nuestro país verde, estable y próspero y contundente la comunidad internacional.
Hagamos de Crucitas un modelo económico autogestionado que brinde una solución con viabilidad financiera y de largo plazo para las comunidades aledañas.
