Argos, de la Casa de Ulises
Hay actos humanos horribles, comprensibles por la situación, que ocurren para saber quiénes nos quieren de verdad.
Mientras lavaban el carro de Mi amigo, vimos en las noticias que Sylvester Stallone se divorció de su esposa, Jennifer Flavin – tras 25 años de matrimonio- borró el tatuaje que tenía de ella en el brazo y grabó otro: a Butkus.
La vida privada de los demás no me interesa, pero quedé con las cuatro patas en cruz y la lengua afuera, solo de imaginar lo que sentía aquel humano, famoso y millonario, por su perro.
Con ayuda de Mi Amigo “stalkeamos” a Butkus y a Stallone; así me enteré, que hacía unos 50 años el actor estaba sin trabajo, sin casa, sin hogar, y como no podía alimentar a Butkus, y él tenía hambre, lo vendió por $25.
Corría el año 1975 y Sylvester poseía $100 en el banco; vivía con Sasha Czach y quería ser actor. La mujer lo increpaba para que buscara un empleo estable, y abandonara esos sueños.
Varias semanas después de vender a Butkus acudió a ver una pelea de boxeo, entre Muhammad Alí y Chuck Wepner, un veterano púgil de 37 años en el ocaso de su carrera; dispuesto a ganarse unos dólares para malvivir.
Para Alí, doble campeón mundial de peso completo, era solo un trámite. Pero Wepner aguantó 15 asaltos; en el noveno tiró a la lona al orgulloso monarca y este – furioso- lo noqueó en el round 15, a 19 segundos del campanazo final.
Esa pelea la pasaron por la tele y el mundo quedó impresionado; Chuck evidenció que -sin importar el rival o la magnitud de la tarea- uno puede dar la pelea y demostrar su valor.
Así lo pensó Sylvester y salió disparado hacia su casa. Ahí escribió -en 20 horas- el guion de una película. Tocó varias puertas y nadie le compró el libreto, pero dos productores aceptaron pagarle $125 mil.
Stallone lo rechazó porque exigía ser el actor principal. Le ofrecieron $350 mil y tampoco aceptó. Al final cedieron; solo le pagaron $35 mil, más un porcentaje por las utilidades.
Plata en mano, lo primero que hizo Sylvester fue regresar adonde el cantinero que le compró a Butkus; pero el tipo le pidió $15 mil dólares. Stallone los pagó sin pensarlo, con tal de recuperar a su amigo.
Un año más tarde estrenaron Rocky; recaudó -solo en Estados Unidos- $117 millones, además, recibió tres premios Oscar -ese que dan en Hollywood- y Sylvester alcanzó la fama y la fortuna.
Butkus tuvo sus minutos de gloria; actuó en Rocky I y II, se interpretó a si mismo, y en los créditos finales aparece como Butkus Stallone.
Cuanto tenía seis años -en 1981- murió de un ataque al corazón, era un perro bullmastiff, grandote y con cara de buenazo.
Hace poco Sylvester compró a Dwight, y -pero esto es un chisme- a Jennifer no le gustó la idea. Por eso se divorció.
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