Por Redacción. Esta nota fue elaborada con asistencia de IA
Imagen tomada de internet
El minuto noventa trajo una silbatina feroz: Josimar Alcócer cayó llorando, Haxzell Quirós apenas podía caminar y Keylor Navas buscaba respuestas mirando al cielo.
Costa Rica empató 0 a 0 ante Honduras y vio desvanecerse definitivamente su sueño mundialista, dejando al estadio sumido en la incredulidad.
En las graderías, la afición explotó contra dirigentes, cuerpo técnico y jugadores; Francisco Calvo recibió abucheos pese a defenderse diciendo: “Ahí están mis estadísticas”.
“¡Queremos al Chino Li!”, gritaron muchos, mientras Osael Maroto observaba la tormenta emocional y se retiraba discretamente para evitar la exposición pública.
En la cancha, Keylor Navas abrazó a Kendall Waston, completamente destrozado, y Celso Borges llegó llorando en busca de apoyo de sus compañeros de mil batallas.
Manfred Ugalde levantó a sus compañeros, intentando sostener al grupo, mientras la afición rugía “¡Fuera Piojo!”, obligando a reforzar la seguridad sin que ocurrieran incidentes mayores.
_____






