Por Redacción. Esta nota fue elaborada con asistencia de IA
Una red de caza ilegal, liderada por Jorge Néstor Noya en Argentina, y el empresario español Luis Villalba, amenaza al jaguar en Bolivia.
Noya promocionaba paquetes de caza de hasta 48.000 euros en sitios web, mientras Villalba lideraba expediciones ilegales en la selva boliviana.
Bolivia se ha convertido en la meca de la caza de jaguares, con 60 ejemplares cazados furtivamente al año, según informes de Cites.
El jaguar es el felino más grande de América, y ha perdido el 50% de su distribución histórica, quedando 64.000 ejemplares.
Los colmillos se venden en Asia como amuletos, alcanzando precios de hasta 2.500 dólares, alimentando el tráfico internacional.
La mafia china lidera el comercio ilegal; entre 2013 y 2018, exportó miles de colmillos desde Bolivia a mercados asiáticos.
En 2024, dos mujeres fueron sorprendidas traficando colmillos en Trinidad, evidenciando la continuidad del comercio ilegal.
La deforestación y los incendios en la Amazonía y Chiquitanía, obligan a los jaguares a salir de su hábitat en busca de alimento.
Esto genera conflictos con ganaderos, quienes permiten la caza furtiva para proteger sus rebaños de los depredadores.
El fiscal a cargo del caso, en Bolivia, enfrenta limitaciones debido a la falta de personal especializado y recursos investigativos.
La organización Llanto del Jaguar, denuncia la ineficacia judicial y exige protección efectiva para el jaguar en Bolivia.
El caso revela la conexión con redes chinas, y la deforestación que empuja al jaguar fuera de su hábitat natural, agravando su peligro de extinción.
___