Para cumplir con sus programas de apoyo integral al pequeño, micro y mediano empresario, el Sistema Banca para el Desarrollo (SBD) debe continuar manteniendo constancia política y estratégica en sus acciones, que le siga permitiendo capacidad de adaptación al entorno.
Banca para el Desarrollo construyó -en 15 años- un sistema operativo que funciona muy bien; el mandato actual es evolucionar, y pasar a un nivel más elevado en beneficio de miles de productores, y consolidarse como un impulso fundamental de la democracia económica.
Álvaro Sáenz S., miembro del Consejo Rector, y Jorge Vargas Cullell, integrante de la Comisión Evaluadora del SBD -Representante del Programa Estado de la Nación- analizan el rumbo que debe tomar el SBD, en la segunda edición del Programa Impulso.
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