IMAGEN POR JOHANNA GERON
Bruselas, Bélgica | AFP. Finlandia y Suecia abandonaron décadas de no alineamiento militar y formalizaron este miércoles sus pedidos de adhesión a la OTAN, una consecuencia directa de la invasión de Ucrania por Rusia que está reconfigurando el mapa de la seguridad en Europa.
En Kiev, la capital de Ucrania, un soldado ruso se declaró culpable ante un tribunal local en el primer juicio por crímenes de guerra desde el inicio de la invasión lanzada el 24 de febrero.
El sargento Vadim Shishimarin, de 21 años, admitió haber matado a un civil desarmado de 62 años en la región de Sumy el 28 de febrero.
“Con este primer juicio, estamos enviando una señal clara que cada perpetrador, cada persona que ordene o ayude a que se cometan crímenes de guerra en Ucrania no podrá evadir su responsabilidad”, dijo la fiscal ucraniana Irina Venediktova.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que su gobierno no tiene información sobre Shishimarin y aseguró que todas las acusaciones de crímenes de guerra en Ucrania son “falsas” o meros “montajes”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo en Bruselas que la solicitud de adhesión de Finlandia y Suecia es un paso “histórico”, aunque las candidaturas enfrentan la oposición de Turquía, un miembro clave de la Alianza Transatlántica.
La entrada de nuevos países a la OTAN requiere el voto unánime de los miembros de la alianza y Turquía se opone porque afirma que los dos candidatos protegen a presuntos extremistas kurdos.
Pero los otros miembros de la OTAN esperan revertir la postura turca. El secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, se reunirá este miércoles en Nueva York con su homólogo de Turquía, Mevlut Cavusoglu.
En el plano diplomático, el Kremlin anunció este miércoles la expulsión de 27 diplomáticos españoles, 34 franceses y 24 italianos, unas medidas denunciadas por los países concernidos.
– Mediadores en Azovstal –
En el terreno, en la devastada ciudad de Mariúpol (sureste), sobre el mar de Azov, una unidad de soldados ucranianos resiste atrincherada desde hace semanas en la planta siderúrgica de Azovstal, aunque Rusia afirmó este miércoles que 959 combatientes ya se rendieron en los últimos días.
La caída de Mariúpol sería un paso importante en la estrategia del presidente ruso, Vladimir Putin, de concentrar su ofensiva en el este y el sur de Ucrania después de verse obligado a abandonar la presión sobre Kiev y el norte del país.
Según un dirigente separatista prorruso, unos 1.000 militares ucranianos permanecen aún atrincherados en los kilométricos túneles de Azovstal.
El Ministerio de Defensa ucraniano aseguró que hará “todo lo necesario” para rescatar a esos soldados, convertidos en símbolo de la resistencia del país.
“Los mediadores internacionales más influyentes están implicados” en esas negociaciones, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
El Ministerio de Defensa de Rusia publicó imágenes de soldados en camillas y dijo que los heridos fueron trasladados a un hospital en la región de Donetsk, controlada por separatistas prorrusos.
El destino de los soldados capturados es incierto, aunque Putin “garantizó que serían tratados de acuerdo con las leyes internacionales pertinentes”, afirmó el portavoz del Kremlin.
– “Mi guerra no ha terminado” –
Pese a su tenaz resistencia en lugares como Mariúpol, las fuerzas ucranianas se están retirando de muchas posiciones del este.
Los campos en llamas en torno a la localidad de Sydoriv testimonian de las tropas rusas en una posición que les abriría el paso hacia Slovyansk y el centro administrativo del este de Ucrania ubicado en Kramatorsk.
Yaroslava, una voluntaria del ejército de 51 años, vivía en Londres con su familia antes de la guerra, pero cuenta que todos se sintieron obligados a regresar.
Ahora no tiene noticias de su marido y sus dos hijos acaban de firmar un contrato de tres años con el ejército.
“Vamos a luchar, vamos a seguir luchando”, afirmó. “Mi guerra no ha terminado”, aseguró.
El juicio por crímenes de guerra contra el soldado ruso iniciado este miércoles representa una prueba para el sistema de justicia ucraniano en un momento en el que varios organismos internacionales conducen sus propias investigaciones.
El soldado ruso es pasible de cadena perpetua.
Según los fiscales, comandaba una unidad de una división blindada cuando su convoy fue atacado y junto a cuatro soldados robó un coche para huir.
En su fuga, se cruzaron con un hombre de 62 años en bicicleta. Por órdenes de otro militar, el acusado habría disparado y matado al civil para evitar que pudiera delatarlos, de acuerdo con la fiscalía.
Instituciones como la Corte Penal Internacional y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU investigan supuestas atrocidades atribuidas a las tropas rusas y el Departamento de Estado estadounidense anunció la creación de una unidad para documentar estos delitos.