Además del drama humano que ha significado la guerra ruso – ucraniana, este conflicto también ha heredado un aumento en la inflación que se explica por el incremento en el precio del crudo, así como también por ciertos granos y fertilizantes.
Sumado al fortalecimiento en el precio del dólar, que ha llegado a rozar los 700 colones en el tipo de cambio, parece que ha terminado de afectar la percepción de la población sobre el futuro cercano de la economía nacional.
A esta conclusión llega la Encuesta del Consumidor N°74, publicada este miércoles 15 de junio por la Escuela de Estadística y la Unidad de Servicios Estadísticos de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El estudio mide, entre otros factores, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) y se realizó en mayo, con entrevistas a 700 personas mayores de 18 años, de todo el país, mediante llamadas a teléfonos celulares. Maneja un error de muestreo de entre 1,8 y 3,7 puntos, con un nivel de confianza del 95%.
Ya propiamente sobre los resultados de la encuesta, el ICC reportado en mayo descendió casi dos puntos con respecto a febrero, pasando de un 42,1 a un 40,3 puntos respectivamente.
No se reportan diferencias significativas en el índice si se toman en cuenta a los grupos etarios, géneros, niveles de educación o ingreso monetarios en los hogares.
Pese a este resultado negativo, el índice sigue siendo 12 puntos mayor al resultado que mostraba en agosto del 2020, cuando alcanzó el punto más bajo desde el inicio de la pandemia (28,3).
Desde aquel entonces, este indicador ha tenido un comportamiento que tiende al alza, aunque de manera irregular.
Si se divide al ICC por la expectativa positiva o negativa en el consumo, se observa que el grupo optimista no varió con respecto a febrero (14,6%), mientras el de pesimistas sí aumentó considerablemente, de 21,9% a 27,7% (5,8 puntos), a la vez que el de ambivalentes disminuyó de 63,6% a 57,8% (-5,8).
Es decir, por cada consumidor optimista hay dos pesimistas, mientras que en febrero esta relación era de 1,5.
Índice en detalle
En el ICC se realizan dos mediciones: el Índice de Condiciones Económicas Actuales (ICEA) y el Índice de Expectativas Económicas (IEE).
El primero valora la confianza de los consumidores en la coyuntura económica presente y el segundo lo hace como una previsión hacia el futuro. En este sentido, el ICEA bajó de 29,3 a 25,0 (-4,3 puntos) y el IEE se mantuvo en los mismos 50 puntos que mostró en febrero.
Es decir, la población empeoró su valoración económica presente pero no cambió su enfoque a corto plazo. Además, vale la pena rescatar que el positivismo hacia el avenir económico duplica la valoración del presente. Esta es una tendencia que se mantiene sobre todo desde el inicio de la pandemia.
Las personas que confían en que sus ingresos superarán los del año pasado alcanzaron un 49,5% (versus un 47,2% a inicios de año). Por el contrario, un 38,3% espera que su capacidad de compra se reduzca en el próximo trimestre (el escenario a inicios de año era menos pesimista: 36,7%). Además, el 53,2% prevé que las tasas de interés para préstamos aumenten en los próximos tres meses (en febrero este porcentaje era del 52,4%).
Quienes piensan que el desempleo aumentará alcanzaron un 26,5%, porcentaje que no mostró cambios en los últimos tres meses. En cambio, quienes pronostican un incremento en la pobreza, aumentaron de un 36,1% a un 40,8%.
La posibilidad negativa de comprar casa (76,5%) o carro (82,3%) aumentó visiblemente en comparación con la encuesta de febrero (69,9% y 75,1% respectivamente).
En cuanto al temor de mayores incrementos en el precio de los combustibles, este indicador sigue alto, aunque se redujo con respecto al primer trimestre del año (decreció de un 76,9%, a un 70,6%).
Y sobre el tipo de cambio, tanto en febrero como en mayo, el 68,2% espera una depreciación del colón con respecto al dólar.
Usted puede consultar los detalles de esta Encuesta 74 de La confianza de los consumidores en este enlace: http://ucr.cr/r/dBTx
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