La Chorrera, Panamá | AFP |
Ricardo Lombana, quien asegura será presidente de Panamá, para acabar con la corrupción, aunque este flagelo no parece preocupar a sus compatriotas.
Él es uno de los candidatos con posibilidades, para las elecciones del 5 de mayo en Panamá; se presenta como un “rebelde” contra el clientelismo imperante.
“Que se preparen los corruptos porque se les va a acabar la fiesta a partir del primero de julio” (día del cambio presidencial), dice Lombana a la AFP durante un recorrido electoral por La Chorrera, ciudad satélite situada 40 km al oeste de la capital.
“El problema no es solo acabar con la corrupción, es que quien cruce la línea, aunque sea de mi círculo más allegado, pague las consecuencias”, agrega este abogado de centroderecha de 50 años.
Durante su caminata por calles sucias y en mal estado, Lombana estrecha manos y se detiene a conversar con los vendedores ambulantes. Lo acompañan medio centenar de simpatizantes ataviados con banderas y camisetas alusivas al candidato.
Algunos comerciantes tratan de tomarse una selfi con él. Otros siguen con su rutina.
En un puesto, un vendedor le dice que votará por él sólo si le compra una bolsa de bananos.
“¿Solo si te compro una bolsa de plátanos votas por mí, aunque sea un ladrón?”, le pregunta Lombana. El hombre asienta con la cabeza y le dice de manera irritada que está “cansado de las promesas” de “todos los políticos”.
– Un hacha –
Lombana, tercero en las elecciones de 2019, es uno de los ocho candidatos de los comicios de mayo, que se deciden por mayoría simple y a una sola vuelta.
Las encuestas favorecen al candidato derechista José Raúl Mulino, delfín del exmandatario Ricardo Martinelli (2009-2014), quien encabezaba los sondeos antes de ser inhabilitado tras ser condenado a casi 11 años de cárcel por blanqueo de capitales.
Lombana marcha cuarto según el último sondeo disponible del 3 de abril, con 10,4% de intenciones de voto, detrás de Mulino (29,4%), el exmandatario socialdemócrata Martín Torrijos (11,6%) y el excanciller Rómulo Roux (10,5%). El oficialista José Gabriel Carrizo aparece rezagado en los sondeos con 4,6%.
Lombana ha centrado su discurso en la corrupción y ha llegado a blandir un hacha como símbolo de su promesa del recorte de gastos innecesarios del Estado, una versión panameña de la motosierra que utilizó en la campaña el actual presidente argentino Javier Milei.
“Yo tenía un hacha que ya no me dejan sacarla mucho porque dicen que es un arma y no puedo andar con un arma por ahí, pero soy rebelde”, dice Lombana, cuyo compañero a la vicepresidencia es el comerciante Michael Chen, de ascendencia china.
Una de sus propuestas es convocar un referéndum para una nueva Constitución que reforme los poderes del Estado, limite el uso de fondos públicos, elimine fueros y privilegios de los altos funcionarios y transforme el sistema judicial.
– “Es un delincuente” –
Una papa caliente que debe enfrentar el próximo gobernante panameño será el caso de Martinelli, asilado desde hace dos meses en la embajada de Nicaragua para evitar ir a prisión.
El mandatario saliente, el socialdemócrata Laurentino Cortizo, le negó el salvoconducto para que se marche a Managua, aunque el presidente Daniel Ortega le concedió asilo.
“Él [Martinelli] es un delincuente y como cualquier delincuente que robó un banco tiene que cumplir su condena y cumplirla en Panamá”, afirma Lombana, líder del partido Otro Camino.
– Dame un dólar –
Pero el tema de la corrupción no preocupa a los electores panameños, según los sondeos.
Sus principales inquietudes son el desempleo, el costo de vida, el acceso a agua potable, la inseguridad y la escasez de medicamentos en el seguro social, según una encuesta publicada el viernes.
A un costado del parque Feuillet, centro neurálgico de La Chorrera, varias personas se acercan a la comitiva de Lombana para pedir camisetas, gorras e incluso dinero.
Un niño de corta edad, azuzado por un adulto, logra acceder al candidato y le pide un dólar en este país que carece de moneda propia. “¿Por qué me pides un dólar?”, le pregunta Lombana. “Porque vas a ser presidente”, le responde el menor.
En Panamá, donde la mitad del empleo es informal, los servicios públicos son deficientes y los partidos políticos carecen de ideología, el clientelismo suele ser una herramienta eficaz para captar votos.
“Te encuentras con gente que dice: ‘Dame 20 dólares para que vote por ti'”, dice Lombana.
“Duele que hayamos tenido un sistema político que haga pensar a un sector de la ciudadanía que lo que deben hacer los políticos es repartir dinero”, concluye.
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