Por Redacción. Esta nota fue elaborada con asistencia de IA
El manejo de residuos sólidos es uno de los principales desafíos ambientales del país y requiere cambios en prácticas cotidianas.
Empacar el zacate en bolsas plásticas aumenta el volumen de desechos enviados a los rellenos sanitarios, ya casi saturados en capacidad.
El plástico usado tarda cientos de años en degradarse, lo que representa contaminación duradera que afectará a futuras generaciones costarricenses.
Además, los camiones municipales gastan recursos en transportar bolsas con material vegetal que debería aprovecharse como recurso natural.
El zacate cortado puede dejarse en el mismo suelo, descomponiéndose en nutrientes que devuelven minerales y materia orgánica al césped.
Esta práctica, conocida como mulching, reduce la necesidad de fertilizantes químicos y mejora la fertilidad del suelo de manera natural.
El césped cubierto con restos de zacate retiene más humedad, lo que genera ahorro en riego y jardines resistentes a sequías prolongadas.
Reducir el uso de bolsas plásticas evita la producción de microplásticos y la contaminación de ríos, mares y la cadena alimentaria.
Adoptar esta práctica disminuye residuos enviados al relleno sanitario y fomenta la sostenibilidad comunitaria con beneficios inmediatos.
Pequeñas acciones generan grandes cambios: dejar el zacate en la tierra fortalece nuestros jardines y reduce la basura nacional.
______