En una colorida ceremonia budista, llamada “puja”, Ligia Madrigal, Warner Rojas y todos los escaladores instalados en el Campamento Base pidieron permiso a la montaña -el Everest- para llegar a la cima.
Después de tres días bajo una intensa nevada, y con el termómetro a menos de 14 °C, Ligia pudo salir de la tienda de campaña y asistir a un ritual sonoro e impactante, para atraer las buenas vibraciones y el favor de la diosa de hielo.
Un video, difundido por Warner Rojas -compañero de Ligia en la escalada- muestra el ritual, con ofrendas como: tortas de tsampa, manteca de leche de yak, frutas, bebidas, arneses, cascos, piolets, ropa de invierno, entre otros.
El término “puja” deriva del sánscrito, un idioma ancestral, que significa “veneración devocional”, y se caracteriza por los exvotos presentados por los montañistas.
Los sherpas consideran un acto obligatorio realizar la “puja”, que además, en el caso de Ligia y Warner -el tico que aspira a subir por segunda vez a la cima del Everest- es el ritual iniciático en su etapa de aproximación a la cumbre.
—