Imagen por Ronaldo Schemidt
El Congreso declaró a Chavela Vargas -nombre artístico de Isabel Vargas Lizano- como Benemérita de las Artes Patrias, por su trayectoria musical, su espíritu disruptivo y por ser musa de cantantes, poetas, escritores y cineastas internacionales.
La fracción del Frente Amplio promovió el nombre de Vargas, en la Comisión Permanente Especial de Honores; y retomó un proyecto impulsado -en la legislatura anterior- por la diputada independiente Paola Vega.
“Es un estandarte de todas esas mujeres que tuvieron que irse…para ser reconocidas por su arte, como fue Yolanda Oreamuno, Eunice Odio, Carmen Lyra, y como lo siguen siendo muchos talentos.”, comentó el congresista Antonio Ortega (FA).
Cuba, y especialmente México, fueron los escenarios donde Chavela alcanzó la fama con su particular estilo interpretativo, que pronto se extendió a Europa y Estados Unidos, donde el público se rindió a sus pies.
Si bien se nacionalizó mexicana, para cumplir con las exigencias laborales de los sindicatos del espectáculo; en 1994 visitó Costa Rica y actuó en el Teatro Nacional, la Universidad de Costa Rica, y en su pueblo natal San Joaquín de Flores.
Fue una mujer controversial; desde niña poseía un carácter rebelde, que la enfrentó a una sociedad conservadora; sufrió la discriminación y la exclusión social, y desafió el “machismo de la época”, según reza el dictamen de la comisión.
Votaron en contra del benemeritazgo los neorepublicanos; David Segura lo justificó así: “La señora Vargas no tuvo un vínculo claro y asertivo con nuestro país, y más bien siempre renegó y cuestionó la cultura y las costumbres propios de nuestra idiosincracia.”
El congresista de Nueva República agregó: “Ella siempre se consideró a sí misma mexicana por convicción y por formación, e hizo comentarios desafortunados en contra de la patria que la vio nacer, comentarios que siempre fueron públicos y notorios.”
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