Laetitia Ngendakumana tiene 60 años, pero todavía llora como la niña de 10 años que era en 1972 cuando su padre desapareció en medio de una ola de masacres étnicas en Burundi, que ahora han sido clasificadas como genocidio por una comisión gubernamental.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos presentó proyecciones demográficas que evidencian el envejecimiento poblacional; ningún cantón del país escapa a este proceso gradual hacia 2050.