Por Redacción. Esta nota fue elaborada con asistencia de IA
Imagen tomada de internet
El gobierno de Donald Trump, reaccionó con dureza a las críticas del Papa Francisco, sobre las deportaciones de migrantes irregulares, y lo mandó a no intervenir en temas políticos.
El Pontífice había calificado estas deportaciones como una “importante crisis”, que “lastima la dignidad” de las personas.
En una carta dirigida a los arzobispos de Estados Unidos, el Papa instó a no ceder ante las narrativas discriminatorias hacia migrantes y refugiados.
La respuesta del gobierno estadounidense llegó rápidamente: Tom Homan, zar fronterizo, sugirió al Papa que se concentre en los problemas de la iglesia.
Homan criticó que el Papa se involucrara en política migratoria, instando a la Iglesia a centrarse en sus propios asuntos.
Este cruce de declaraciones subraya las tensiones entre la administración Trump, y el Vaticano en temas de derechos humanos.
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